Juancito era un niño que se preparaba para recibir la primera comunión en su Parroquia, y durante la Semana Santa observó con mucha atención la película Los diez mandamientos, quedándose maravillado de sus diversas escenas, especialmente del dictado de los mandamientos, de las plagas y del milagro del Mar Rojo, que plasmaron en su corazón y pensamiento el sentimiento que Dios es bueno y poderoso.
Cuando concluyó la película
se acercó a su padre y le dijo: ¡Papá he visto los diez mandamientos, y me doy
cuenta que Dios es bueno y poderoso!
El padre, de mala gana le
contestó: ¡Hijito no todo lo que ves en las películas es cierto!
Juancito se quedó
preocupado, porque ahora no sabía que cosa era verdadera y que cosa era falsa.
Entonces buscó a su hermano
mayor, que era estudiante universitario, y le contó que había visto los diez
mandamientos, y que creía que Dios era bueno y poderoso.
El hermano mayor que no
creía en nadie, ni en sí mismo, le respondió con burla: ¡Todas esas películas son tonterías!
Juancito pensó que su
profesora le podría orientar mejor sobre el tema, así que esperó hasta el día
siguiente, contándole a ella lo que había visto, y que creía que Dios era bueno
y poderoso.
La profesora tomando la
Biblia, dijo dirigiéndose a todos sus alumnos: Lo que su compañero ha visto en
la película los diez mandamientos, está basado en el Libro del Éxodo que forma
parte de la Biblia; y luego de leerles, algunos pasajes de este libro, agregó:
como ven es cierto que Dios hizo caer muchas plagas sobre los egipcios para
conmover el corazón del Faraón, que dio poder a Moisés para hacer el milagro de
abrir las aguas del Mar Rojo para que pase el pueblo de Israel, y después para
volver las aguas a su normalidad, destruyendo a todo el ejército del faraón. Lo
que Juancito cree que Dios es bueno y poderoso, es cierto.
Juancito regresó feliz a su
casa, y encontró a su hermano que estaba reunido con sus amigos en su sala,
acercándose al grupo dijo en alta voz: ¡Buenas tardes a todos, les traigo una
gran noticia: ¡Dios es bueno y poderoso!.
Los amigos del hermano se
quedaron intrigados, el hermano para salir del paso les dijo: Resulta que mi
hermano ha visto la película los diez mandamientos y cree que todo es cierto; y
dirigiéndose a Juan exclamó: Hermanito debes saber que los últimos estudios
sobre el Mar Rojo, ha determinado que hay épocas en que sus aguas disminuyen
hasta veinte centímetros de alto, y fue en esos momentos que habría pasado el
pueblo de Israel.
Juan se quedó pensativo, en
silencio algunos instantes, y dijo con seguridad y alegría: Ahora estoy
totalmente convencido de que Dios es poderoso, porque hizo que se ahogaran los
soldados y caballos del faraón en solo 20 centímetros de altura que tenía el
Mar Rojo.
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