Como católicos necesitamos fortalecer y defender nuestra fe, afianzando nuestro sentido de pertenencia y amor por la Iglesia Católica, mediante el estudio de la Apologética (Ciencia que expone las pruebas y fundamentos de la verdad de la religión católica), profundizando el amor por las Sagradas Escrituras, la práctica de la oración, los sacramentos, las obras de misericordia y virtudes, el conocimiento de las verdades católicas, así como siendo testimonio de vida tanto en la familia como en la comunidad.
La
Palabra de Dios nos advierte que debemos prepararnos para defender nuestra
fe, como lo señalan los siguientes textos:
2 Tm 4,3-4:”Porque vendrá
un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que,
arrastrados por su propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el
prurito de oír novedades, apartarán sus oídos de la verdad y se volverán a las
fábulas."
2 Pe 3,16: "hay en ellas -las
cartas de San Pablo- cosas difíciles
de entender, que los ignorantes y los débiles interpretan torcidamente -como
también las demás Escrituras- para su propia perdición"
2 Pe 1,20:“Pero ante todo tened presente que
ninguna profecía de la Escritura puede interpretarse por cuenta propia."
Gal 1,8-9:"Pero aunque nosotros o un
ángel del cielo os anunciase otro Evangelio distinto del que hemos anunciado,
sea Anatema. Os lo he dicho antes y ahora de nuevo os lo
digo: Si alguno os predica otro Evangelio distinto del que habéis recibido, sea
Anatema".
Nuestro Santo Padre Francisco señala que se ha
producido una ruptura de la transmisión generacional de la fe en el pueblo
católico debido a: la falta de espacios de diálogo familiar, la influencia de
los medios de comunicación, el subjetivismo relativista, el consumismo
desenfrenado, la ausencia de una acogida
cordial y amorosa en nuestras comunidades. Además, existen las siguientes
actitudes internas y externas, que se presentan en nuestro entorno, que pueden
debilitar nuestra fe:
-Descuido
de lo espiritual por lo social.
-Falta de
conocimiento de nuestra Iglesia y sus verdades fundamentales.
-Falta de
compromiso con nuestra fe.
-Despreocupación
para la misión.(Mt 25,14-29)
-Falta de
testimonio: las palabras conmueven pero los testimonios arrastran.
- Jn 13,35: En esto conocerán todos que sois
discípulos míos: si os tenéis amor los unos a los otros.
-Decimos que creemos en Dios pero no le creemos a Dios.
-St 2,19: .¿Tú crees que hay un solo Dios? Pues
muy bien, pero eso lo creen también los demonios y tiemblan.
-Jn 14,15: Si ustedes me aman, guardarán mis
mandamientos.
La fe es un escudo o muralla que te protege a ti y a tu familia
contra el enemigo: “Ten fe en el Señor y te salvarás tú y tu familia”(Hch 16,31), La fe nos da la victoria
sobre todo mal. Allí tenemos el ejemplo de Job que después de perderlo todo,
por su confianza y fe en Dios se le restituyó todo lo perdido.
La fe nos da
plena certeza que todas las promesas de Dios se cumplirán.
La fe como
don de Dios se vive, crece y trasmite en comunidad, porque la Iglesia Católica
es la única fundada por Cristo, y la que
posee todos los medios de salvación, y a la cual nada ni nadie podrá destruirla como nos
asegura el mismo Señor en Mt 16,18
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