DIOS NOS AMA

Dios es nuestro Padre, y el Creador de todo cuanto existe en los cielos y en la tierra: el universo con sus miles de galaxias, planetas, estrellas; la naturaleza, los seres vivos y su creación máxima  el hombre.

Dios Padre y Creador también es AMOR, como comprobamos en 1 Juan 4,8. El Amor que Dios nos ofrece a todos los hombres, tiene las siguientes características: Es PERSONAL, pues amándonos a todos, nos ama a cada uno según como necesitamos ser amados; es INCONDICIONAL porque nos ama tal como somos, con nuestros defectos y virtudes, sin ponernos ninguna condición para amarnos; es GRATUITO nos ama porque somos sus hijos, y desea lo mejor para nosotros; es FIEL, pues nos ama por toda la eternidad, aunque nos alejemos de Él, y fue Él fue quien tomó la iniciativa para amarnos.

El Salmo (102) 13 nos confirma que: “Como la ternura de un padre con sus hijos, así es la ternura de Dios con los suyos”.

Nuestro Padre Dios nos ama como nadie podría amarnos nunca; si hiciéramos una comparación sobre la magnitud de su amor, al juntar en un depósito el amor que nos tienen nuestros padres, hermanos, hijos, y demás familiares, y aún de nuestros amigos, apenas alcanzarían para llenar un vaso; mientras que el amor, misericordia y ternura de Dios sobrepasaría todos los océanos que existen.

El Amor de Dios se revela plenamente a la humanidad, cuando por su poder y fidelidad, envió a su Único Hijo Jesucristo para salvarnos del pecado, y restablecer nuestra gracia y amistad con Él, como figura en Juan 3,16: “Pues, Dios amó tanto al mundo que dio a su Hijo Único, para que todo aquel que cree en Él no muera, sino que tenga vida eterna”.

Jesucristo el Hijo de Dios, entregó hasta la última gota de su sangre en la Cruz por nuestra salvación, y con su muerte y resurrección gloriosa ganó para nosotros la vida eterna, a la que podemos acceder alimentándose con la lectura y meditación de las Sagradas Escrituras, la oración,  los sacramentos, especialmente, la Eucaristía, y las obras de misericordia.

Dios ha puesto su mirada en ti, te ha elegido y llamado; como Él es bueno  desea tu salvación y la de tu  familia, por eso te invita a incorporarte a su Iglesia para encontrarte con Jesús, amarlo y servirlo con todo tu corazón y fuerzas.