Departían alegremente
seis amigos, en uno de los ambientes de
la Universidad donde estudiaban, de pronto uno de ellos, lanzó una singular
pregunta: ¿Qué es lo que nunca
desearían perder en su vida?
Levantando la mano,
dijo el primero: - ¡Yo nunca desearía perder mi
dinero!, porque con él puedo comprar lo que quiero, y nada me hace falta.
Continuando, el
segundo expresó: -¡Jamás me gustaría perder mi computadora!, porque a través de
ella me mantengo enlazado con todos mis amigos, y estoy al día con el acontecer
del mundo al instante.
El tercero, con cierto
recelo señaló: -¡Lo que no desearía perder nunca es a mi novia!, porque ella es
la razón de mi vida, la amo más de lo que ella me ama.
El cuarto amigo manifestó: -¡Yo no desearía perder nunca mi celular!,
porque sin él estaría perdido, no podría escuchar música, perdería mis
contactos, y todo sería aburrido.
El siguiente, exclamó: -En mi caso,
¡yo no desearía perder jamás mi talismán!, porque sin él estaría expuesto al peligro, y me
perseguiría la mala suerte.
El ultimo que faltaba, y que era
quien había hecho la pregunta, con cierta desilusión señaló: -Sólo uno de
ustedes tuvo una respuesta aproximada a la verdad, los demás están muy lejos de
ella. ¡Yo, lo que nunca desearía que me falte en mi vida es DIOS !, porque teniéndolo a Él, nada me puede faltar,
y todo lo puedo tener: los bienes materiales, y también los bienes
espirituales.
Las Sagradas Escrituras en el libro Eclesiástico (Sirácides) 43,27 señala con certeza: "En resumen, Dios lo es todo"
Las Sagradas Escrituras en el libro Eclesiástico (Sirácides) 43,27 señala con certeza: "En resumen, Dios lo es todo"
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